Inés Rosales, una mujer valiente y trabajadora comenzó a hacer unos dulces tradicionales del Aljarafe, llamados 'Tortas de Aceite', siguiendo una receta tradicional que se había ido transmitiendo de generación en generación
INÉS ROSALES
La historia de Inés Rosales se remonta a 1910. De Castilleja de la Cuesta (pueblo del Aljarafe Sevillano a muy pocos Kilómetros de Sevilla), comenzó a hacer unos dulces tradicionales del Aljarafe, llamados 'Tortas de Aceite', siguiendo una receta tradicional que se había ido transmitiendo de generación en generación y cuyos orígenes se remontan a tiempos inmemoriales.
EL NEGOCIO SE AMPLIA
Pronto la demanda fue en aumento y el horno de su casa se quedó pequeño. En este momento Inés Rosales vislumbró las posibilidades que tenía su producto. Alquiló el horno de la panadería de su pueblo y empleó a mujeres locales viudas para fabricar y vender las Tortas de Aceite, convirtiéndose así en una de las primeras mujeres empresarias de su tiempo. Desde estos dos puntos estratégicos los viajeros se las llevaban a sus lugares de origen y en poco tiempo se fueron extendiendo por toda España dando lugar a 'Las legítimas y acreditadas Tortas de Aceite de Inés Rosales'
AÑOS DE POSGUERRA
Como resultado de la bonanza económica del momento y la inmigración andaluza como demandante de un producto de tantas raíces afectivas, en este período la Torta de Aceite se sitúa en nuevos mercados, con el consiguiente aumento de la productividad y la generación de recursos económicos. Durante esta etapa se incorporan la Torta de Polvorón, la de Almendra, el Bizcocho y la Bizcochada al portafolio de productos. Los hornos morunos de leña dan paso a los rotativos de gasoil.
REESTRUCTURACIÓN INTERNA
Se produce en esta época un descenso de mercados con pérdidas económicas y aparece la conflictividad laboral. Además, se lleva a cabo el cambio de denominación: "Casa Inés Rosales" se transforma en Inés Rosales, S.A.(1980) y pierde el carácter familiar con la venta de la empresa a socios externos (1983).
En 1983 se lleva a efecto la venta a un grupo de inversores, con proyectos a corto plazo del retorno de la inversión. El tamaño de la compañía, el producto y el mercado eran muy diferentes del que provenían. Abordan cambios en cuatro áreas de la empresa: la organización interna, la tecnología de producción, la del packaging del producto y la comercial. Demasiados cambios para tan corto período de tiempo.
Se dota a la compañía de una nueva estructura, introduciendo mandos y conservando en parte los anteriores.
Cuando el 22 de marzo de 1985 hizo su entrada en la sala de elaboración, el mundo se le cayó encima. Era impensable que una marca y un producto del prestigio que se le reconocía estuvieran apoyados en unas instalaciones que se asemejaban más a una herrería que a una fabrica de productos alimenticios. Cuando finalizó el mes, las ventas del período ni tan siquiera cubrían la nomina neta del mismo. Había que hacer cosas y rápidamente.
La receta empleada por Juan Moreno para salvar la situación fue simple: trabajo, mucho trabajo, sentido común y economía de guerra.
Apenas podría imaginar Inés Rosales que estas Tortas de Aceite llegarían a ser conocidas en todo el mundo teniendo a EEUU como uno de los mayores compradores de tortas de aceite. El mercado exterior demanda nuevos sabores e Inés Rosales amplia su gama a más variedades de sabores, como son las Tortas de Aceite Saladas.